La nueva zona arqueológica ocupa una extensión de casi 220.000 metros cuadrados, a la que se añade un entorno protegido de 1,29 millones de metros cuadrados. La delimitación conjunta obedece a la vinculación histórica, paisajística y arqueológica entre los distintos yacimientos, en este caso necrópolis, poblado y villa romana.
La necrópolis se ubica en una pequeña elevación sobre una vega, muy próxima a la ciudad de Antequera. Los tres sepulcros dolménicos que la integran conservan el túmulo original, y cada uno de ellos presenta claras diferencias técnicas y formales.
En las inmediaciones de los dólmenes se ubica el segundo de los yacimientos que integran la zona arqueológica delimitada por el Consejo de Gobierno: el asentamiento del Cerro Marimacho o Cerro de Antequera, un pequeño poblado calcolítico en el que se ha hallado cerámica campaniforme. El otro yacimiento incluido, y relacionado con el anterior por ocupar parte de su espacio, se corresponde con una villa romana conocida como Carnicería de los Moros.