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Miércoles 27/11/2024
 

Cádiz

Las enfermeras de San Rafael cambian la falda sexista por el uniforme con pantalón

Tras cuatro años de lucha, las trabajadoras han logrado al fin equipararse con los hombres y la empresa erradica la cofia y la falda

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  • Adela Sastre (primera por la izquierda) y otras dos compañeras en pijama.

Cuatro años y medio de lucha que no han caído en saco roto. Ayer, las enfermeras del Hospital de San Rafael comenzaron a usar su nuevo uniforme, compuesto por un pijama de dos piezas en lugar de la falda de la discordia, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo que obligó a la empresa Pascual y Pascual a modificar la vestimenta de sus trabajadoras al considerar que existían “razones discriminatorias”. La sentencia se hizo pública hace un año, pero entonces sólo las más valientes se vistieron por los pies. Ahora que la empresa ha dado la posibilidad y desterrado el miedo a represalias, se han sumado todas las demás.

Adela Sastre, fue la encargada de denunciar la situación, como presidenta del comité de empresa en abril de 2008. Ayer se sentía orgullosa por el logro conseguido, pero a la vez triste, “porque algo tan simple ha costado muchas lágrimas y el despido de una compañera”.

Hay que recordar que este conflicto se saldó con el enfrentamiento de los sindicatos más representativos en la empresa, ya que la causa fue llevada a los tribunales por CCOO, mientras que UGT, sindicato mayoritario entonces, daba la razón a la empresa.

Según Adela Sastre, las enfermeras respiraron ayer con alivio, porque además de despojarse de un uniforme sexista, se ha dado un salto importante desde el punto de vista de la seguridad personal y la comodidad en el trabajo.

Aunque la sentencia del Tribunal Supremo se hizo pública hace un año, las trabajadoras han preferido no llevarla a efecto por “miedo”, según Adela Sastre. En cuanto la empresa ha dado la opción, todas han escogido la opción de los pantalones.

 

Una ‘Guerra’ que ha tardado cuatro años en acabarse

La denominada ‘Guerra de las faldas’ se originó en el Hospital San Rafael en abril de 2008. Un primer fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) quitó la razón a las enfermeras denunciantes y obligó a llevar falda y cofia, señalando su uso desde hacía más de 15 años, y que era un uniforme “cómodo”, además de que el empleador tenía pleno derecho a elegir el uniforme de sus empleados. El año pasado, el Tribuna Supremo tumbó la sentencia del TSJA señalando que la obligación de las enfermeras de llevar falda, delantal y cofia, frente a los pijamas sanitarios que pueden usar los hombres y mujeres que trabajan en quirófano, era una práctica “discriminatoria” y una actitud por parte de la empresa “no objetivamente justificada”. 

 

 

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