Todo esto lo han desmentido completamente desde la dirección del propio centro sanitario a este medio, donde han puesto especial hincapié en que hay “intereses ocultos” para “desprestigiar” a la clínica.
La dirección admite que puede existir “una campaña en contra”, aunque quieren dejar bien claro que el centro “no sólo no se cierra, sino que además ha ampliado el servicio para facilitar los partos”. El negocio que regenta la familia Ingunza, se ha adaptado el bloque quirúrgico “para cumplir al cien por cien con la normativa”, según explican desde la clínica.
Sobre la “corriente de rumores” que circulan en la ciudad, desde la dirección entienden que “no hay nada más que llamar por teléfono o venir a la clínica para comprobar que no son ciertos, que la clínica sigue funcionando con normalidad”.
Según ha podido saber este medio, varias embarazadas han declinado dar a luz en esta clínica “porque nos habían dicho desde los seguros que iban a cerrar”. Incluso varias empleadas del centro clínico de la calle Feduchy preguntaron sí esto era cierto, ante la cara de asombro de la dirección. Preguntados por el origen de esa posible “campaña de desprestigio”, desde el centro afirman tener “algún indicio” de dónde provienen, aunque “no acusamos a nadie”, manteniendo que “todo lo que se dice es incierto”.
Lo que sí admiten es que el número de partos ha bajado en los últimos años y lo achacan, principalmente, a que “con la crisis ha descendido la natalidad y esto nos ha repercutido a nosotros”. Aún así, aseguran que el negocio “sigue adelante, tras 60 años” y que cuentan “con el mejor equipo posible para practicar los partos con todas las garantías posibles”.
Quizás en poco tiempo se sabrá a ciencia cierta lo que sucede, aunque bien es cierto que todavía se siguen practicando alumbramientos, contrario a lo que dicen alguno, y, según recalca la dirección del centro, “con ginecólogos, matronas, pediatras y personal sanitario, con reconocido prestigio, activos al cien por cien”.
