Tras conocer que en una vivienda de la localidad podría existir una plantación para el cultivo de marihuana, la Guardia Civil localizó la vivienda y supo que, además del joven que supuestamente podía tener la plantación en el domicilio, vivían su madre, su abuela y su hermano menor de edad.
Los agentes realizaron varias pesquisas y conocieron que la plantación estaría dentro de un invernadero, ubicado en el patio de la vivienda y que funcionaría con luz artificial y con fertilizantes para mejorar la cosecha.
Ante estos hechos, la Guardia Civil observó que el sospechoso salía de la vivienda y se subía a su vehículo, donde lo abordaron y lo identificaron. Además, los agentes advierten que el vehículo desprende un fuerte olor a marihuana.
El sospechoso, al estar muy nervioso, manifestó de manera espontánea que tiene marihuana para consumo propio y que la cultiva en su casa. Al conocer, según él, que el cultivo es ilegal, invita a entrar en su domicilio a los agentes para entregarles las plantas.
En el domicilio, los guardias civiles encuentran un invernadero de madera, con luz artificial, y otros elementos para un cultivo rápido, por lo que levantan un acta de entrega voluntaria de las cuatro plantas.
3.500 kilos brutos
Trasladadas las plantas y los efectos para su cultivo a dependencias de la Guardia Civil de Alcalá de Guadaíra, se realiza el pesaje de la marihuana que alcanza 3,500 kilogramos. La pesada se suele realizar en bruto, con raíces y hojas, que son partes de la planta del cáñamo que no tiene THC.