¿Qué sensaciones obtiene de la publicación de su nuevo libro?
— Entre otras la de haber vivido un proceso laborioso, apasionante y enriquecedor que ha durando un año. En cuanto a la respuesta del público, espero que tenga tan buena acogida como los dos anteriores tras la presentación que tendrá lugar el próximo martes 29 en Algeciras. Una vez que una obra literaria sale de la factoría de sueños y realidades del autor ya casi no le pertenece, y son los lectores quienes terminan cada uno su propio libro en una dinámica que enriquece al contenido del mismo y al creador.
Vuelve a incurrir en el género de los tipos humanos, enfocados desde un prisma irónico ¿Ha encontrado su molde en este formato? ¿Cuál es el motivo de que lo utilice tanto? ¿Cuál es su referente literario?
—Me interesa el ser humano y su forma de comportarse, su actitud consigo mismo y con los demás, y tan vez esta curiosidad esté influenciada por lo que yo llamo el abanico de las tres pes que han presidido mi actividad a lo largo de mi vida, profesionalmente la psicología, la política como historia de un compromiso ideológico y el periodismo como una afición. En la utilización de la ironía como figura literaria no hay ninguna carga de sarcasmo, sino más bien el deseo de ir más allá de los límites que en ocasiones nos impone el lenguaje y descubrir nuevas formas y caminos. Las tres obras son distintas y van más allá de los tipos humanos, Así mientras Entre la hiel y el almíbar era un conjunto observaciones y reflexiones en búsqueda de un equilibrio; Personajes Estrafalarios es un paseo de la mano de los lectores por el escaparate de la vida y Cabezas y Gorros es un juego de papeles, es una invitación al divertimento a través de la lectura.
No tengo un solo referente, soy un lector empedernido, me gustan los clásicos y los grandes de la literatura universal como Gabriel García Márquez y del panorama español mis preferidos son Juan José Millás y Javier Marías.
¿Se considera un cronista de la realidad actual?
—Sería pretencioso por mi parte atribuirme dicha figura. Soy un mero observador de lo que ocurre en mi entorno, y al pasar lo que veo por mi interior lo intento teñir de literatura, utilizando como género fundamentalmente el ensayo en sus distintos aspectos. En Cabezas y Gorros, a través de sus cinco partes, sus cincuenta y dos capítulos y sus 242 páginas con prólogo de Fernando Silva e ilustraciones de Isabel Beneroso, nos podemos encontrar distintos personajes, escenarios y situaciones y intento de estimular sobre todo una visión positiva de la vida.
¿Qué puede ofrecer la literatura a los ciudadanos en los tiempos de crisis y necesidad que arrecian actualmente?
—Con toda humildad, creo que una cierta dosis de que existen otros horizontes y hay motivos para la esperanza, que se puede ser optimista sin caer en la ingenuidad, y que es posible preparar un buen coctel de sentido común y del humor para afrontar las muchas dificultades que podemos encontrarnos en el camino.
¿Cómo se ha sentido más cómodo, como escritor o como alcalde?
—Como alcalde he sentido el orgullo de ostentar la representación de nuestro pueblo, Algeciras y es el mayor honor a que puede aspirar cualquier ciudadano o ciudadana. Como escritor, soy de los que piensan que para llevar a cabo cualquier proyecto hay que huir de la comodidad y que las musas y la inspiración es mejor que te pillen pensando o tecleando.
¿Qué proyectos tiene en el futuro? ¿Cuál es el libro que le queda por escribir?
—Hay tres proyectos, dos literarios y uno profesional. Todos los días escribimos el libro de nuestras vidas, espero demorarme bastante en abordar el epílogo.
