Tras dos días de sesiones, el juicio que en principio debía terminar ayer, fue suspendido hasta los próximos 3 y 4 de octubre para que el tribunal de la localidad de Caldas da Rainha, compuesto por tres jueces, termine de oír a los testigos, todos convocados por los fiscales.
El presidente de la sala, Paulo Coelho, pidió que se investigue si hubo coacción a un testigo que dijo haberse sentido presionado por la policía lusa para identificar como clientes de su restaurante a Zengotitabengoa y otro activista que vivía con él en el chalet de Obidos donde aparecieron los explosivos en febrero de 2010.
En la sesión de hoy un total de diez testigos identificaron en la sala al acusado.
Cuatro vecinos, dos trabajadores que hicieron reparaciones en la vivienda y dos panaderos reconocieron al joven de 32 años que la Fiscalía lusa considera parte del entramado logístico que montó ETA en Portugal con el propósito de cometer atentados en España.
Dos lugareños testificaron también que el 1 de febrero de 2010 vieron una furgoneta que salía de la carretera hacia el campo de la que salieron corriendo Zengotitabengoa y su compañero, Oier Gómez Mielgo.