El primer ministro saliente de Groenlandia, Mute Egede, ha descrito este lunes de "injerencia extranjera" la visita prevista para esta semana por parte de una delegación estadounidense a la isla, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca anexionar.
"Nuestra integridad y nuestra democracia deben ser respetadas sin ninguna injerencia extranjera", ha aseverado Egede en un mensaje difundido a través de su cuenta de Facebok, donde ha hecho referencia a la visita que tienen previsto hacer el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y Usha Vance, la mujer del vicepresidente del país, JD Vance.
En este sentido, ha recalcado que esta visita es "inaceptable" dadas las palabras vertidas durante los últimos meses desde la Administración Trump y ha indicado que este tipo de declaraciones "no habían sido oídas antes". "Hemos sido tratados de forma inaceptable", ha puntualizado.
"Esta visita no puede ser vista únicamente como una visita privada. Ya podemos ver el desastre que ha causado", ha manifestado, si bien ha asegurado que "no habrá reuniones de alto nivel" hasta que haya nuevo Gobierno.
"Esto solo sucederá una vez haya jurado el cargo el nuevo Gobierno", ha señalado en referencia al líder de Demócratas y vencedor de las últimas elecciones de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, que también considera "inapropiadas" las declaraciones de Trump.
"Somos parte del mundo y no podemos prescindir de la cooperación con otros países. Sin embargo, estos tienen que estar dispuestos a respetar los acuerdos y leyes internacionales", ha explicado, al tiempo que ha hecho un llamamiento a la "unidad". "Nosotros decidimos nuestro propio futuro", ha añadido.
Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Brian Hugnes, ha indicado que el objetivo de la visita es "aprender sobre Groenlandia" y "expandir la cooperación entre las partes en materia económica", tal y como ha recogido el diario danés 'Berlingske'. Así, ha señalado que la visita supone una oportunidad para "construir una alianza" y "impulsar la colaboración".
Trump ya mostró en su primer mandato su interés por la isla y, tras su retorno en enero a la Casa Blanca, ha incluido Groenlandia dentro de una serie de objetivos geográficos estratégicos en aras de la seguridad nacional. "Tenemos a muchos de nuestros jugadores favoritos merodeando por la costa y tenemos que tener cuidado", planteó en sus últimas declaraciones, en una alusión velada a Rusia y China.