Los Charlines reiteran su inocencia antes de la conclusión del juicio por blanqueo

Los miembros del clan de Los Charlines juzgados en la Audiencia Nacional han reiterado su inocencia y han vuelto a negar las acusaciones por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico al hacer uso de su derecho a la última palabra en el juicio que este miércoles ha quedado visto para sentencia.

Tres de los cuatro hijos del fallecido patriarca del clan, Manuel Charlín Gama, que se han sentado en el banquillo acusados de blanqueo y que se enfrentan a penas de 5 y 6 años de cárcel -María Josefa, María Teresa, Francisco Melchor y Óscar Felipe Charlín Pomares-, han querido trasladar unas palabras al tribunal antes de que diese por concluido el juicio.

Josefa Charlín, visiblemente afectada, se ha limitado a pedir disculpas "a la ilustrísima Sala" por haber perdido los nervios en una de las sesiones, mientras que su hermana Teresa ha preferido mantenerse en silencio.

Francisco Melchor Charlín ha sido más contundente y ha asegurado que nunca ha lavado dinero porque nunca lo ha tenido: "las cosas como son, si lo hubiera tenido pues no sé, pero nunca lo he tenido".

Por su parte, Oscar Felipe Charlín ha reprochado al fiscal que dijera que había sido condenado por narcotráfico y le ha recordado que nunca ha sido "ni investigado, ni procesado, ni condenado por narcotráfico" y ha retado a que se demuestre que ha puesto "un solo euro para blanquear nada. Lo único que he hecho es trabajar", ha enfatizado.

En total díez personas se han sentado en el banquillo -hijos, nietos y presuntos testaferros del clan familiar- acusados de delitos de blanqueo.

El clan ya fue condenado por blanqueo del tráfico de drogas en 2003, pero la Fiscalía Antidroga sostiene que sus miembros prosiguieron con esa actividad hasta 2010, cuando se puso en marcha esta nueva investigación durante la que fallecieron Manuel Charlín Gama y su hijo Manuel Charlín Pomares, en 2021 y 2019, respectivamente.

Para el fiscal ha quedado acreditado que en las operaciones investigadas -como la compra por 1,9 millones de una planta de transformación de productos del mar en China o la adquisición en subasta de una depuradora de mariscos- se produjeron actos de blanqueo, porque el dinero invertido procedía del trafico de drogas y se ocultaba la verdadera titularidad del bien que se adquiría.

A esto se añade que Teresa Charlín contaba con 23 inmuebles y que solo tres de ellos fueron adquiridos con "financiación ajena", lo que, según el fiscal, probaría su procedencia ilícita.

Además, ésta disponía de una cuenta que llegó a tener un millón de euros y cuya única vía de ingresos eran cheques y dinero en efectivo sin que se acredite la procedencia.

El fiscal sostiene que de esa cuenta salió el dinero con el que su hija Natalia Somoza (nieta del patriarca) compró la depuradora en Isla de Arousa (Pontevedra), un bien que, según su acusación, fue siempre de Teresa por lo que entiende que la escritura de esa propiedad "es ya un indicio grave de blanqueo de capitales".

Lo mismo sucedería con la fábrica de China, de la que también se intentó ocultar la titularidad, si bien las intervenciones telefónicas y las pruebas halladas en los registros demostrarían que era también propiedad de Teresa.

Además de las penas de cárcel, la Fiscalía pide el decomiso de la depuradora de marisco ubicada en la Isla de Arosa (Pontevedra), así como del dinero de la inversión en China, de cuatro fincas urbanas y un inmueble y de los fondos bloqueados en cuentas en Suiza.