“El objetivo de esta expedición es documentar los efectos a largo plazo que ese vertido va a tener en la fauna y en las aguas aparentemente limpias del golfo de México”, dijo ayer a Efe el científico español y vicepresidente para Europa de Oceana.
Desde que el pasado 20 de abril una explosión destruyera la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de la compañía británica BP, ubicada a unos 100 kilómetros al sudeste de las costas del delta del río Misisipi, en Louisiana (EEUU), más de 4,9 millones de barriles de crudo se han vertido en el océano.
Tras varias intentonas fallidas, BP ha conseguido esta semana el sellado de ese pozo y a partir de ahora comenzará la limpieza del considerado mayor desastre ecológico de la historia de EEUU.
Pastor, que trabajó más de una década para el Instituto Español de Oceanografía y otros quince años para Greenpeace, dirigirá esa expedición que saldrá el domingo de Fort Lauderdale (Florida) y durará hasta el 5 de octubre para inspeccionar las costas de varios estados de EEUU.
La contaminación de esas aguas, aún en zonas que aparentemente están limpias de crudo, puede afectar al coral y a diversas especies animales, como tortugas, tiburones o atún rojo de ese área.
“Se puede decir que es el mayor vertido de la historia de la humanidad”, dijo el biólogo marino, quien subrayó que la expedición tratará de determinar “a dónde han ido las toneladas de petróleo que cayeron al mar”.
El Gobierno de EEUU informó esta semana de que casi las tres cuartas partes del petróleo vertido desde abril se han recogido, quemado, evaporado o descompuesto por causas naturales.
A bordo del Oceana Latitude un equipo de doce científicos internacionales que encabezan el propio Xavier Pastor y Mike Hirshfield, tomarán pruebas de agua y fotografiarán y filmarán los fondos marinos para elaborar un documento que recoja el impacto de ese desastre.