Esa hipótesis se basa en la fijación de una nueva zona de búsqueda del Airbus A330 siniestrado con 228 personas a bordo –todas muertas– cuando volaba de Río de Janeiro a París a partir de una posible señal de las cajas negras registrada por el sónar del submarino nuclear francés Emeraude el 1 de julio pasado.
De confirmarse que el aparato cayó en ese área, a unos 40 kilómetros al suroeste de su última posición conocida, “significaría que el avión estaba perdido y conforme a los procedimientos en vigor dio media vuelta bien para salir de una zona de cúmulo-nimbos, bien para volver a Brasil”, señaló la fuente oficial a la que tuvo acceso Le Figaro.
También significaría que el barco Seabed Worker, fletado por el organismo francés encargado de la investigación, el BEA, ha buscado desde marzo en una zona equivocada.
Según anuncio el mismo BEA, el Seabed Worker desde ayer va a realizar barridos en el nuevo perímetro delimitado por las conclusiones del análisis de la señal captada por el sónar del submarino nuclear francés.