"Inmune bajo el palio de la Virgen, su memoria estuvo libre de violaciones, fusilamiento y propaganda de los terrores. Envuelto en el incienso del tiempo, dormía el hijo predilecto, el genocida de los distintos". Es la dura crítica de Antonio Martínez Ares hacia la Hermandad de la Macarena por la exhumación "a la francesa" del general golpista Queipo de Llano. "La cofradía llevaba años apurando la desgracia", apunta el afamado autor de agrupaciones del Carnaval de Cádiz en una de las letras de pasodoble más duras contra la Iglesia que se recuerdan en el concurso y que ha interpretado La Ciudad Invisible, la comparsa que ha presentado para este año, en la primera sesión de Cuartos del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (COAC).
El afamado autor de comparsas reparte contra todos los implicados en el letargo de una decisión que fue objeto de debate durante tantos años: que los restos mortales de estos dos genocidas permanecieran expuestos con honores en el interior de un templo religioso, como así fue hasta la aplicación de la ley de Memoria Democrática. Carga contra los descendientes de los golpistas, que en aquella madrugada del 3 de noviembre les despedían entre lágrimas. Un llanto que para Martínez Ares es "el daño que para el mundo es la democracia".
Arremete también contra todos aquellos que defendieron la permanencia de los restos dentro de la Macarena: "Por eso la Semana Santa me sigue oliendo a fantasma, a penitentes de raza, a militares a caballo, a un himno con la guardia mora, a los novios de la muerte y a ese caudillo presente entre el clero y el Estado". Esas estrofas han recibido numerosas reacciones en redes sociales por parte de los seguidores del concurso, ya que el autor hace alusión directa a la Semana Santa, cuando en realidad parece lanzar su mensaje hacia un sector muy concreto: los nostálgicos de tiempos pasados e inmóviles ante la petición de reparación de la memoria y dignidad de las familias de asesinados por el franquismo.
Finaliza el pasodoble haciendo un símil entre la salida procesional de la Hermandad de la Macarena y la de los restos mortales, que fueron extraídos con nocturnidad, de madrugada y sin aviso ni comunicación previa a ningún organismo oficial que certificase el cumplimiento de la ley: "la Basílica se abre, ya sale la procesión del espanto". Añade que "no irá a una cuneta el carnicero de Franco", en alusión a que la familia de Queipo de Llano sí que pudo decidir qué hacer con sus restos mortales, y remata el pasodoble lanzando un dardo directo a la propia Hermandad por la planificación del acontecimiento: "Jamás sonó más fascista la marcha de la madrugada (en) la Macarena"
No es la primera vez que Antonio Martínez Ares impregna en una de sus letras la defensa por la memoria histórica. Tampoco la primera vez que se refiere concretamente a Queipo de Llano y la Macarena. Ya lo hizo en 2020 en un pasodoble inédito de la La Chusma Selecta: "Verde Macarena, sin Queipo de Llano".