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Miércoles 30/10/2024
 

España

El acusado del primer feminicidio de 2019 queda libre por retraso del juicio

La Audiencia de Las Palmas ha puesto en libertad sin fianza al presunto autor del crimen de Romina Celeste, que fue quemada, descuartizada y arrojada al mar

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  • Tribunales. -
  • El acusado sale a la calle con la obligación de acudir todos los lunes a comparecer en los Juzgados

La Audiencia de Las Palmas ha puesto en libertad sin fianza al presunto autor del crimen de Romina Celeste, la joven paraguaya que fue quemada, descuartizada y arrojada al mar en Lanzarote la madrugada del 1 de enero de 2019, tras cumplir cuatro años en prisión preventiva sin que se haya celebrado el juicio, lo máximo que permite la ley.

Según recuerda un auto del magistrado José Luis Goizueta hecho público este jueves, Raúl D.C. había sido privado de libertad el pasado 13 de enero de 2019, hace mañana cuatro años.



El acusado sale a la calle con la obligación de acudir todos los lunes a comparecer en los Juzgados, se le ha retirado el pasaporte como medida cautelar y se le ha prohibido abandonar España.

En su momento, la Fiscalía presentó cargos de homicidio, malos tratos, lesiones, profanación de cadáver y simulación delito contra el marido de Romina Celeste, quien fuera la primera víctima de la violencia machista de 2019.

La joven paraguaya fue asesinada en la madrugada de Año Nuevo de 2019 en su casa de Costa Teguise (Lanzarote) en unas circunstancias que se desconocen, porque su cadáver fue quemado, descuartizado y arrojado al mar presuntamente por su esposo, que días después acudió a un cuartel de la Guardia Civil a denunciar su desaparición.

El Ministerio Fiscal defiende en este caso que existen "indicios suficientes" para acusar a Raúl D.C. de homicidio, por más que este haya mantenido la versión de que se encontró muerta a su mujer al regresar a casa de madrugada tras haber consumido drogas y de que se asustó tanto, que decidió hacer desaparecer su cuerpo.

Desde ese planteamiento, que se encontró a Romina muerta y se asustó, el procesado reconoció que fue él quien hizo desaparecer el cadáver: primero intentando quemarlo en el jardín de su casa y después arrojando sus restos en diferentes puntos de la costa de Lanzarote.

Días después de la desaparición, se encontraron restos de tejido del pulmón de la víctima en la costa, que fueron identificados gracias a las pruebas de ADN.

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