Este 2022 seguramente pasará a la historia por las excepcionales calificaciones logradas por los alumnos en las Pruebas de Evaluación para el Acceso a la Universidad (PEvAU). Es un hecho generalizado que también ha tenido su reflejo en Alcalá la Real. Cuatro han sido en este curso 2021/2022 los alumnos, entre los que han cursado sus estudios en centros alcalaínos, que han superado una nota de 13,50. Hoy conocemos más de cerca a estos cuatro estudiantes brillantes, llenos de propósitos e ilusiones de cara al futuro.
Esther Bravo: “Desde pequeña me interesó la perfección que debe existir para que podamos vivir”
Esther Bravo Maldonado, de 17 años, y estudiante de Bachillerato de Ciencias de la Salud en el instituto Alfonso XI, ha sido la alumna con mejor calificación en las pruebas de la PEvAU en nuestra localidad, con un 13,600. “Si tuviera que elegir algunas palabras que me definieran escogería independencia, afán de superación y curiosidad. Siempre me ha gustado dar lo máximo que puedo a la hora de conseguir mis metas personales, creo que todo esfuerzo tiene su recompensa. Una parte muy importante para mí son mi familia y mis amigos. Todos ellos me han apoyado durante este tiempo y en muchas ocasiones han sido mi motivación para seguir adelante y no rendirme ante los problemas. Mis aficiones son las típicas que cualquier persona de mi edad: escuchar música, salir con mis amigos y disfrutar de cada momento de la vida como una experiencia única”, asegura Esther cuando se le pide que hable de sí misma.
¿Su secreto para haber logrado una nota tan cercana a la perfección? “La constancia, sin duda. Creo que lo más importante es intentar llevar las asignaturas lo más al día posible, priorizando lo que más difícil nos parezca. Dedicar un ratito cada día ayudará mucho a evitar estrés y nervios. También es muy importante la organización. Es mejor un ratito productivo a toda una tarde desperdiciada. Aunque no todo es estudiar, también hay que descansar la mente y disfrutar de tener tiempo libre”.
Esther tira para la tierra en cuanto a lecturas se refiere. “Lo último que he leído fue La asesina de los ojos bondadosos, de Felisa Moreno Ortega. Es uno de mis libros favoritos, no solo por el ambiente de misterio o la trama sino también porque está ambientado en un pueblo de la zona. Me trae buenos recuerdos leerlo de vez en cuando porque lo compré durante un taller de literatura que se celebró en mi pueblo, Castillo de Locubín, hace unos años. Allí conocí a la autora y conseguí mi primer libro firmado”. En cuanto a música, “suelo escuchar un poco de todo, creo que hay que explorar un poco los distintos estilos que existen y no restringirse a un solo tipo de música. Sin embargo, la que más suelo disfrutar y escuchar es el pop”.
Esther, como es lógico, no ha estado ajena a los difíciles tiempos que, desde 2020 nos ha tocado vivir debido a la epidemia de Covid. “Al principio fue muy chocante. De una semana a otra ya no podíamos salir de casa, las clases pasaron a ser online y prácticamente la vida dio un giro de 360 grados que nadie esperaba. Gracias al ímpetu de los profesores, que pusieron de su parte para que siguiéramos aprendiendo, conseguimos seguir adelante. Sinceramente, sí he notado mayor dificultar a la hora de concentrarme tras la pandemia porque la interrupción de clases nos llevó a bajar un poco el rendimiento académico”.
A Esther le gustaría estudiar Bioquímia, “aunque no fue hasta este año cuando me decidí por completo. Desde que era pequeña me habían interesado las ciencias, el universo, la perfección que debe existir para que podamos vivir, la microbiología… Desde que empecé el curso descubrí que precisamente biología y química me llamaban la atención en especial y comencé a investigar sobre la bioquímica, pues es la ciencia que estudia parte de ambas. Pienso que una buena parte de mi motivación creció gracias a mis profesores, por su dedicación e ilusión por enseñar lo más bonito de estas ramas de la ciencia. Así terminé por optar por este grado universitario y espero disfrutarlo muchísimo cuando empiece”.
En cuanto a su futuro profesional “en realidad, creo que es demasiado pronto como para elegir una sola opción. Aún me queda mucho camino por recorrer. Por una parte, me encantaría dedicarme a la investigación. Colaborar para conseguir avances y descubrir nuevo conocimiento sería fantástico, así como lo sería encontrar a otras personas que compartan mi curiosidad por aprender. Por otro lado, también me interesa la enseñanza para compartir mi pasión por la ciencia con otras personas y animarles a cuestionarse todo lo que damos por hecho. Incluso las cosas más sencillas que vemos cada día esconden mucho más de lo que imaginamos”.
Daniel Padilla: “Me gustaría trabajar en Ciberseguridad y viajar por el mundo”
Con una nota final de 13,592 Daniel Carlos Padilla López ha sido el alumno con la segunda mejor calificación de la PEvAU 2022 en Alcalá la Real. Estudiante de las Escuelas Profesionales Sagrada Familia, se define como “una persona que intenta superarse día tras día y que siempre trata de dar lo mejor de sí mismo. Siempre me gusta ser capaz de batir los retos que me propongo”. Entre sus aficiones están “la práctica de deportes como el pádel o el baloncesto, jugar a los videojuegos, quedar con mis amigos y cocinar, que me encanta”.
También en el caso de Daniel la constancia destaca como principal culpable de sus buenos resultados académicos. “El haber trabajado mucho durante todo el año ha hecho que las dos semanas antes de la PEvAU pudiera estar menos agobiado y eso sumado a que soy consciente de las capacidades que tengo, ha hecho que me pueda organizar de la mejor manera posible y que confiase en mí mismo a la hora de hacer los exámenes, porque era consciente de que me sabía muy bien el temario y por eso no debía ponerme nervioso ni tener miedo”.
Entre las aficiones de Daniel están las de “escuchar podcasts, ver vídeos de cocina, curiosidades y documentales, pasar tiempo libre con mis amigos o jugando a videojuegos o practicando algún deporte. Creo que la lectura es importante, pero también creo que la mente se puede ejercitar y cultivar de muchas otras formas, lo importante es buscar la forma que resulte más atractiva a cada persona”.
En cuanto al Covid, asegura que no le ha afectado mucho “porque tuve suerte y cuando me contagié fue en vacaciones de Semana Santa, por lo que no perdí clases. Sin embargo, en primero de Bachiller me contagié de mononucleosis y estuve dos meses enfermo sin poder acudir a clase, por lo que tuve que recuperar el segundo trimestre a la vez que me tenía que examinar del tercero y trabajando muy duro fui capaz de sacarlos igual de bien, o mejor, que el primer trimestre. Ahí fue donde me di cuenta de mis capacidades y me conocí realmente a mí mismo”.
Daniel estudiará Ingeniería Telemática en Málaga. “La nota de corte está en un 5, pero aun así, yo quería sacar la máxima nota en la PEvAU para demostrarme a mí mismo de lo que era capaz y estoy muy orgulloso de lo que he conseguido, aunque de haber tenido un poco más de nota en Bachillerato, me hubiera quedado muy cerca del 14”. “Me gustaría trabajar en una profesión en la que me dedique a programar las redes o a algo relacionado con la Ciberseguridad, pero sobre todo, en un trabajo que me permita viajar de vez en cuando por el mundo e ir a buenos restaurantes porque me encanta probar comidas nuevas”.
Blanca Sánchez: “Siempre busco esforzarme para dar la mejor versión de mí misma”
Blanca Sánchez Cortés, de 18 años de edad y alumna de Bachillerato de Ciencias de la Salud en las Escuelas Profesionales Sagrada Familia, ha obtenido la tercera mejor calificación de la PEvAU en Alcalá la Real, con un 13,586. Blanca se considera una persona “muy autoexigente y trabajadora; siempre busco darlo todo y esforzarme para ser la mejor versión de mí misma. También soy una persona familiar, me gusta pasar tiempo con mi familia y sobre todo con mis hermanos”. Entre sus aficiones destaca el deporte. “Estos años, como mi prioridad ha sido el estudio, no he podido dedicarle mucho tiempo, pero sí he sabido sacar una hora al día para ir al gimnasio y que ese fuera mi momento de desconexión. También me gusta la lectura y salir con mis amigos”.
Cuando nos interesamos por su fórmula para lograr una calificación tan alta, su tríada mágica es la siguiente: “esfuerzo, disciplina y constancia; dedicar muchas horas a un objetivo claro y sacrificar algunos planes por estudiar es algo que conlleva una meta tan alta. El trabajo duro que hay detrás es algo que desde el primer día hay que tener en cuenta, así en las semanas previas a Selectividad basta con dar un repaso. Aún así, es importante saber gestionar el tiempo y así tener oportunidades para salir con los amigos, hacer deporte, hacer algún viaje, etc”.
Blanca practica idiomas de una forma activa y práctica. “Todos los libros que leo son en inglés, y actualmente estoy leyendo El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, aunque mi favorito es Hábitos Atómicos, que nos enseña que, a partir de pequeños hábitos o decisiones, podremos cambiar cualquier aspecto de nuestra vida. Me gusta mucho también escuchar música, sobre todo hip hop y pop, aunque a veces prefiero escuchar música clásica, porque he dedicado muchos años a tocar el violín”.
Su experiencia con la Covid no ha sido especialmente traumática. “A excepción de algunos confinamientos en el curso anterior, nosotros hemos tenido clases de manera normal, a diferencia de cuando comenzó la pandemia. Sí que es cierto que, a raíz de esta, tuvimos que enfocar el estudio de una forma más autónoma e independiente, y sacar más partido de las tecnologías a modo de aprendizaje”.
Blanca quiere estudiar Medicina. “Mi vocación viene desde hace mucho tiempo, y quizás, al tener ese objetivo, he puesto todo mi esfuerzo en obtener toda la nota que se necesita. Aún no sé la especialidad en concreto, pero siempre me ha atraído Ginecología, Neurología, que la descubrí a través de mi profesora de Biología, por lo que la considero entre mis opciones. A día de hoy es muy difícil decidir, porque a lo largo de la carrera se tocan todas las especialidades, por lo que cuando termine sabré cuál es la que más me gusta”.
María Jaén: “No hace falta valor para emprender cosas difíciles, son difíciles porque nos falta valor”
El selecto grupo de las mentes más brillantes en las recientes pruebas de acceso a la universidad se completa con María Jaén Castillo, de 18 años y estudiante de Bachillerato de Ciencias de la Salud en el IES Alfonso XI, que ha logrado una calificación de 13,539. María se define como “una chica trabajadora, constante, con inquietud por aprender cosas nuevas, alegre y resolutiva. Mi tiempo libre lo dedico a hacer actividades que me relajen y que se salgan de lo rutinario. Entre ellas se encuentran el aprender idiomas, pasar tiempo con mi familia y amigos, el deporte, la lectura, viajar, ver películas y series, escuchar música, dibujar o jugar al ajedrez”.
¿Qué cómo se logra una nota tan alta? “En realidad no hay ningún secreto para lograrlo, simplemente es trabajo, constancia, voluntad y confianza en uno mismo, ya que las cosas no siempre salen como uno espera a la primera. En efecto, hay una frase de Séneca que me gusta mucho y que creo que recoge muy bien la idea que tengo del esfuerzo y la voluntad: No nos hace falta valor para emprender ciertas cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas”.
El último libro que ha leído María es ‘Por si las voces vuelven’, de Ángel Martín, “que narra su propio testimonio sobre la locura, cómo llegó a perder su identidad y reconstruirse desde cero. No obstante, también me gusta leer las noticias y mantenerme informada de lo que ocurre en el mundo. Aunque me es difícil elegir el libro que más me ha gustado destacaría: ‘La sombra del viento’ de Carlos Ruiz Zafón y ‘Diez negritos’ de Agatha Christie, ambos del género de misterio”. También le gusta escuchar música “de varios géneros, y compartirla con mis amigos/as, si bien es cierto que suelo escuchar más frecuentemente música en inglés del género pop”.
Sobre la manera en la que ha vivido y afrontado la epidemia de Covid, María reconoce que “Nunca hubiera imaginado que una pandemia cambiase nuestras vidas tan de golpe, perdiendo el contacto con nuestros compañeros y profesores. Tanto el confinamiento primero como la semipresencialidad después, junto con los problemas informáticos, ralentizaron el ritmo de las clases y todo ello acrecentó la incertidumbre y angustia que ya de por sí padecíamos todos. Es cierto que todo esto me ha servido para darme cuenta, no solamente de la importancia que tienen para nuestro aprendizaje las clases presenciales sino también para valorar mucho más las cosas sencillas y cotidianas”.
También María estudiará Medicina. “Al final me he decantado por Medicina y me gustaría que fuera en la Universidad de Granada, ya que es una carrera muy completa con un amplio abanico de salidas profesionales que se enfoca en el cuidado de los demás y creo que se compagina muy bien con mi perfil”. A nivel profesional, y sobre el área específica por la que siente preferencia, “aunque todavía queda un largo camino por recorrer, sé que me gustaría emplear mi conocimiento en ayudar a los demás y me llama mucho la atención la neurología y la cardiología”.