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Reflexiones desde el sofá

Decepción por ilusión

Y el andalucismo de siempre ¿Qué pasó? Un nuevo experimento que volvió a salir mal, o peor que el que ya tenía...

Publicado: 27/06/2022 ·
20:01
· Actualizado: 27/06/2022 · 20:01
  • Foto de archivo de elecciones en Andalucía. -
Autor

José Diego Amores Revuelta

José Diego Amores Revuelta es licenciado en Historia y Archivero con influencia petermanesca

Reflexiones desde el sofá

Columnas de opinión que sólo pretenden invitar a la reflexión del lector sobre temas de actualidad

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Cuando los meses de mayo y junio padecen una ola de calor más propia del pleno verano, el sonido es el de los acordes de caja y bombo de las agrupaciones de Carnaval, o se nos asegura que tendremos que vacunarnos nuevamente contra el COVID y además contra la viruela del mono... Y lo último, ¿saben que el 17 de septiembre en Cádiz habrá una procesión magna? Algo debe estar cambiando en nuestra sociedad

Cuando llegue el verano, no sé si ir a la playa o la Plaza del Ayuntamiento a comer las uvas, si estaré escuchando Carnaval o una marcha de Semana Santa, si ponerme la mascarilla o subirme a un árbol, lo que sí pediría es que se ordenaran las costumbres. Que volvamos a encajar los eventos en las fechas como se ha hecho siempre, porque estamos haciendo ordinario lo extraordinario y con ello estamos machacando la expectación de preparar las cosas cuando llegan las fechas y, sin darnos cuenta, también el perjudicando el turismo de cara al futuro, no de inmediato, pero sí a más largo plazo.  

Respecto a las elecciones al Parlamento Andaluz, sólo tengo que decir que se ha constatado que la decepción ha ganado la partida a la ilusión ante la baja participación registrada. Ahora, la hegemonía en San Telmo, la tendrá el Partido Popular, que en esta primera legislatura no ha cometido los desmanes a los que nos sometió en los últimos años de Gobierno Socialista. Por otro lado, los otros partidos de izquierdas, vuelven a confundir a sus votantes y a ellos mismos, pues nacieron como partidos de izquierdas, mutaron a nacionalistas, y usan nombres tan parecidos que nadie sabe ya si votan a uno o a otro o directamente no saben a quién tienen que votar. En este caso la más inteligente fue Teresa Rodríguez, consciente de su fuerte personalismo de su partido, la papeleta llevaba su rostro para evitar confusiones. 

Y el andalucismo de siempre ¿Qué pasó? Un nuevo experimento que volvió a salir mal, o peor que el que ya tenía. Un nuevo cambio de imagen, de marca y unos giros de dirección que al final han acabado por difuminar un mensaje, que en mi opinión era el más enriquecedor y cargado de fuerza de los últimos años. Pero, el andalucismo debe aprender a que el hombre es un ser de costumbres, y aunque los eventos cambien de día, las fechas son las mismas y no se puede confundir al electorado cambiando de nombre y marca cada cuatro años.

Andalucía vuelve a pecar de carecer de la suficiente personalidad para sentirse auto suficiente, un cambio de mentalidad que debe llegar por la seguridad de quienes han peleado durante años por mejorar esta tierra.

El andalucismo necesita a los andaluces que sufren y padecen nuestras carencias, y aquellos que saben crear Andalucía, mientras ellos sigan mirando hacia otros lados más cómodos y menos comprometidos, seguiremos dependiendo de la moda de la izquierda o la derecha, pero no de los andaluces. 

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