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Miércoles 27/11/2024
 

Cádiz

“El verdadero monstruo está en la naturaleza humana, que rechaza lo diferente”

Pedro Cortejosa ha creado un disco con la Andalucía Big Band que pone música a la afamada película de James Whales 'Dr. Frankestein'

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  • Pedro Cortejosa. -

Decía Matisse que el jazz es ritmo y significado, pero también una manera icónica de amor. Es lo que sucede cuando un músico tiene tiempo, memoria e imaginación, que suceden cosas mágicas. Pedro Cortejosa (Cádiz, 1968) ha creado un disco con la Andalucía Big Band que pone música a la afamada película de James Whales‘Dr. Frankenstein’ , un símbolo de la época que nos ha tocado vivir y que compuso durante el confinamiento, tal y como nos cuenta. Se presentó a lo grande en el Teatro Central de Sevilla el pasado noviembre y se ha convertido en un nuevo referente discográfico.

Cortejosa es profesor de saxo en el Conservatorio Profesional de Música ‘Manuel de Falla’ y un músico más que consolidado dentro y fuera del mundo del jazz. Su compañera, la poeta Amada Blasco, forma parte de algunos de sus trabajos, poemando la belleza sonora que emana de las composiciones de este gran músico gaditano. Hemos hablado con él sobre su útltima creación y esto es lo que nos ha contado:

¿Cómo surge esta idea?
Una de las primeras películas de las que tengo recuerdo es la de Frankenstein. Dr. Frankenstein, como se llamó en España la película original de James Whales de 1931. Fue en Julio de 1978, me faltaban solo unos días para cumplir 10 años. Mis padres pensaron que era demasiado terrorífica y me prohibieron verla, a pesar de ello logré escabullirme de mi habitación y esconderme bajo la mesa de la cocina. Y mirando hacia arriba del frigorífico, donde se colocaba la pequeña televisión en blanco y negro, pude contemplar al monstruo. Aquello sin duda marcó una parte importante de mi infancia, la imagen de Frankenstein pasó a formar parte de mis terrores nocturnos durante buena parte de esos años. Durante el confinamiento de 2020 quise dedicar tiempo a escribir música para una película, el objetivo era hacer una banda sonora original que pudiera superponer a la ya existente. El proyecto Frankenstein, con diversos formatos imaginados, había estado en anteriores ocasiones llamando a mi puerta y ahora era ineludible dedicarle un lugar especial. El monstruo era lo suficientemente icónico para simbolizar esta extraña etapa que nos tocaba vivir, la borrosa línea entre la vida y la muerte con billete de vuelta de nuestro personaje me resultaba más que idónea en estos insólitos tiempos. Tiempos de virus, muerte y explosión de la vida natural con el confinamiento en casa del gran depredador humano.
 
¿Cómo ha sido el proceso de gestación de Dr. Frankenstein?
Lento, todo lo que ha permitido estar en casa confinado. Ya había escrito algunas ideas antes para cuarteto de jazz, pero fue en este insólito momento pandémico que decidí arreglarlas para el formato de la gran orquesta de jazz, la Big band. La Andalucía Big Band, formación a la que pertenezco, convocó un concurso interno entre sus miembros compositores para proponer posibles proyectos para llevarlo a estudio y celebrar así su 10º aniversario como agrupación estable, algo insólito para este tipo de formaciones, donde poca o ninguna ayuda es recibida. Entre las propuestas, algunas de ellas de grandísimo nivel, Dr. Frankenstein fue la seleccionada. A partir de ahí tuve que escribir, arreglar, orquestar y rearmonizar una partitura general para gran orquesta y maquetar las partes de sus 18 componentes, algo que me mantuvo ocupado prácticamente todo el año 2020, hasta diciembre que entramos en el estudio para grabarlo.

¿Quién es, qué es Frankenstein para ti?

Un símbolo muy poderoso, una ilusión de otros mundos posibles que pertenece a mi infancia, un ejercicio de libertad de la capacidad de crear, de trascender más allá de lo aceptado e imaginado. El talismán con el que puedes iniciar un viaje, un aprendizaje desde su resurrección hasta su muerte, un viaje oscuro, de sombras, al que para mi fue necesario añadir un final de luz.

El disco musica partes de la de la película que son importantes y cuya temática engloba todo.. ¿qué ha resultado más complicado?

En el proceso de escribir la música fui seleccionando los temas de una manera muy natural, se impusieron ellos solos de una forma orgánica. Mi idea original era musicar el metraje completo, alrededor de 50 minutos. Pero cuando entré a fondo en el material, los personajes, los lugares, fueron cobrando relevancia por sí mismos, como si se iluminasen sobre el resto reclamando la atención que merecían. Así que hay un tema para personajes importantes, el tema de la Criatura: “Resurrección”; el tema del Dr. Frankenstein “Laboratorio”; el tema de Elizabeth, su prometida: “Presentimiento”, estos dos últimos son en realidad dos enfoques muy diferentes de la misma célula melódica, de un modo que enfatiza la masculinidad o feminidad como miradas posibles dentro de cada ser humano. Pero también hay temas para momentos puntuales, como “La Fiesta”, la celebración popular previa a la tragedia,  la muerte de Frankenstein: “Redención” o “Diégesis”, con la que quise recrear el lugar donde sucede esta historia, ese paisaje impresionista cargado de tristeza, con una atmósfera tan densa que parece formar parte de la narración como un personaje más.

Haces una profunda reflexión sobre el momento que nos está tocando pasar como seres humanos... ¿Qué hay de luz en la oscuridad del monstruo?

El verdadero monstruo está en la naturaleza humana, una sociedad que rechaza lo diferente, que comete crímenes por avaricia, deseo de poder o simplemente miedo. Frankenstein arde en llamas por un pueblo que lo mata sin juzgarlo, que no lo considera merecedor de una oportunidad. Su padre, el doctor Frankenstein, un científico que tras dar vida reniega de ella, es un claro ejemplo de soberbia: no acepta las consecuencias de sus actos, piensa que ha creado un asesino e intenta matarlo. El monstruo es simplemente un ser que sufre, castigado, que huye y busca un sentido a su existencia. Me gusta pensar en Frankenstein como un símbolo de la fuerza de la naturaleza, de la vida que lucha por salir adelante a pesar de la adversidad, que aprovecha cualquier resquicio de posibilidad de existencia para adentrarse en él, esa es su luz. Como los animales salvajes bajando confiados a las ciudades desérticas, las briznas de hierba creciendo en el asfalto de carreteras menos transitadas, las bandadas de aves que cambiaron sus rutas ante una menor presión de los seres humanos al haberse escondido en casa, o incluso los virus, parte también de la naturaleza y la vida.

Esta criatura, que es vida y muerte... ¿qué puede enseñar al mundo?

La película termina con la muerte de Frankenstein. Tras finalizar de escribir la música con esta pieza sentí la necesidad de aportar algo que no estaba en el film. Algo que evidenciara ese aprendizaje al que te refieres. Si no le dábamos otra oportunidad a la criatura toda su aventura hubiera sido en vano, así que escribí un epílogo titulado “Reencarnación” donde quise arrojar luz, color y alegría sobre esta triste historia. En esta última parte Frankenstein es la naturaleza, la vida, que vuelve una y otra vez a surgir a pesar de todas nuestras pequeñas historias humanas.  Historias de enfrentamientos políticos y económicos que no interesan a la vida, que se impone de la forma que sea. Por más arrogante que sea el ser humano considerando a la naturaleza algo distinto de sí mismo, la vida continua. Y concretando algo más tu pregunta creo que la gran motivación para vivir es simple, lo que todos buscamos: el amor, lo único que no le damos a Frankenstein, solo le damos lo peor de nosotros, el miedo. Algo que por desgracia forma parte de cualquier noticia de actualidad.

El disco se compone de 10 temas y un epílogo: nacimiento, resurrección, amor, los personajes, el lugar... qué tema te provoca más inquietud? Más amor? Más dolor?

El tema de amor de esta suite se titula “Frankie & Mary”, el único momento en el que alguien, a través de la mirada pura de una niña, puro presente, acepta a esta criatura tal y como es y le propone jugar. Es para mi un momento bello de esta historia, un pequeño oasis “pop” en la tragedia que está a punto de suceder. Tengo especial predilección por “Diégesis”, una balada llena de sentimiento de respeto por este ser, una conexión personal con su dolor y el aire que respira. “Presentimiento” es toda una declaración de intenciones, misterio y lirismo, intuición frente a raciocinio mientras que “Laboratorio” es la otra cara de la moneda, un tema rock muy energético en el que comienza a oírse el grito desesperado del monstruo por la vida que le otorgaron y ahora le vuelven a arrebatar. Hay mucho dolor contenido en toda la suite que estalla finalmente en “Redención” con sonidos distorsionados y el grito de Frankenstein encarnado en el saxo barítono. 

¿Cómo casan los textos, escritos por la poeta Amada Blasco y la música?

Amada ha hecho un trabajo fabuloso, ha dotado de interés literario el proyecto  mejorando la visión naif que ofrece la película. Sus textos han hecho de puente entre el Frankenstein de Mary Shelley y la versión cinematográfica, ofreciendo al oyente un marco de referencia muy jugoso, aportando matices y distintos niveles de lectura para esta historia. Cada una de sus intervenciones está en un momento narrativo muy concreto y mi intención fue que la música participara de ese clímax con la palabra, que ambas caminasen en la misma dirección. Al comienzo es la voz de la criatura la que habla a través de ella, en el centro de la suite lo hace el doctor, el padre, y al final se establece la unidad entre ambos personajes, cerrando el círculo y dotando de sentido con su última frase a toda la obra. 

¿Qué papel tiene cada instrumento con la temática?

La Big band tiene unas posibilidades tímbricas y una paleta de colores espectacular, hay multitud de sonoridades que exponer resultado de las texturas que proporcionan determinados instrumentos y la mixtura entre ellos. Además, el uso de sordinas en los instrumentos de metal, los doblajes en los saxos, los efectos eléctricos y pedales de la guitarra más algunos recursos electrónicos que yo mismo he secuenciado me dan una gran libertad para conseguir los efectos dramáticos que cada emoción requiere. 
Por otro lado, a veces hay que pensar que más que los instrumentos son los músicos. Conozco bien a mis compañeros de la Andalucía Big Band y los tenía en mente cuando adjudicaba los papeles solistas a cada pieza, así podía pensar en el intérprete e improvisador adecuado para cada número. Me gusta pensar la música como si estuviera en el público oyéndola, sopesando el valor que tiene cada parte en relación con el todo, que emociones va despertando y como ese continuo sonoro va provocando que mi atención no se disperse, como me conecto con la historia y en qué orden debo presentar cada elemento. Y claro, todo esta imaginería se fundamenta en sonidos y personas que hacen esos sonidos, así que el ejercicio fundamental para mi es cerrar los ojos y pensar: Y ahora, ¿que quiero escuchar?, ¿qué emoción es la natural en este momento?

¿Para cuándo la presentación en Cádiz?

Me encantaría que así fuera. La Andalucía Big Band se nutre de muchos gaditanos en sus filas y estoy seguro que tendría mucho tirón de público una representación en esta ciudad. El espectáculo tiene un soporte visual, con proyecciones de imágenes que recrean de forma artística y creativa todo este universo Frankenstein, a cargo de Calde Ramírez, lo que lo hace muy interesante. Además, las intervenciones tanto de Amada Blasco con el recitado de textos como las variadas intervenciones solistas, así como una novedosa disposición de la banda en el escenario, marcan pautas de puesta en escena  muy atractivas. La presentación en el Teatro Central fue un éxito en todos los sentidos, estamos muy orgullosos del trabajo que hemos realizado.
Hemos hecho algún contacto con el Ayuntamiento de Cadiz, el Festival de Música Española y con el Festival de Jazz de Cádiz pero de momento no ha prosperado nada. 

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?

Me encantaría darle la mayor difusión posible a este trabajo, siendo consciente de lo difícil que resulta mover una orquesta, pero confío en que tendrá una larga vida ya que no estamos sujetos a la tiranía de la novedad que exigen otros estilos, no hay fecha de caducidad para esta obra excepto la de soportar el paso del tiempo por sí misma, por su propia valía. Además de esto acabo de escribir una suite para un formato más pequeño, de quinteto. Se titula HOMO, en ella he querido hacer una antropogonía musical, un relato acerca del origen del ser humano y su cultura, sin tiempo, espacio o referencia concreta a determinada cultura. Se trata de un relato musical de cómo el hombre crea un mundo, lo interpreta y transforma para encontrar su lugar en el mismo. 
 

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